Los vanos intentos de José de Urrea
Si la historia sudcaliforniana
registra el nombre del general José de Urrea es por que fue el primero que dio
a conocer un manifiesto al pueblo, primero en Loreto y después en La Paz , en el año de 1838. Con
ello se sumó a otros dos inconformes, Manuel Márquez de León en 1879 y Félix
Ortega Aguilar, en 1913. El primero con el Plan Revolucionario de El Triunfo y
el segundo con el Manifiesto de las Playitas de la Concepción.
Pero hablemos un poco de la historia
de México. En 1824, luego de que México logró su independencia de España, un
congreso constituyente dio vida a la constitución federal y dividió nuestro
país en 20 Estados y los Territorios de las Californias: Alta y Baja o Nueva y
Antigua California. Pero debido a los cambios políticos que obligaron a la
designación de varios gobernantes del naciente país, en 1835, bajo la
presidencia del general Antonio López de Santa Ana, se creó una nueva
constitución llamada “Código de las siete leyes constitucionales” imponiendo el
gobierno centralista, la cual convirtió los Estados en Departamentos, incluyendo
el de las Californias que antes eran territorios separados.
Además, bajo esa nueva constitución,
cesaron las legislaturas de los Estados y en su lugar se establecieron las
Juntas Departamentales y los gobernadores sujetos al Presidente de la República. Asimismo
para fortalecer al gobierno nacional, se le daba el control de todo el
presupuesto del país. Esa fue la Constitución
Centralista.
Los Departamentos —establecía el
Código— se dividirían en Distritos y estos en Partidos. De esta manera hubo dos
Distritos en las Californias: el de la Baja California y el de la
Alta. Y en vez de gobernador en la Baja siguió mandando el Jefe
Político, quien en 1838 era el licenciado Luis del Castillo Negrete.
Desde luego, el gobierno centralista
no fue del agrado de muchos mexicanos por el hecho de haber desconocido la
constitución federal de 1824. Y uno de ellos fue el general José de Urrea, un
militar que se había distinguido en la guerra de Texas, cuando los americanos
se apoderaron de esta parte de nuestro país.
Urrea se levantó en armas en el estado
de Sonora y en dos barcos de guerra llegó a Loreto con el fin de publicar un
manifiesto a favor de la restitución del sistema federal. Lo acompañaba el
capitán José María Mata, un personaje que figuró mucho en la política y en el
gobierno de la Baja California
de ese entonces.
El 2 de septiembre de 1838 se da a
conocer el documento ante el pueblo loretano y su adhesión al mismo. Después
del acto, Urrea nombró nuevas autoridades. Hecho lo anterior, junto con Mata se
dirigieron a La Paz
y el día 7 del mismo mes llegó por sorpresa a la ciudad. El día 13 restableció
el sistema federal y nombró como Jefe Político al teniente coronel Antonio
Comadurán.
En la reunión convocada por el
general Urrea se acordó reconocer la constitución de 1824 así como el cambio
del Juez de Paz por un ayuntamiento, desaparecido cuando entró en vigor el
Código de las Siete Leyes. Es interesante mencionar los nombres de algunos
personajes que firmaron el acta de adhesión. Ellos fueron Antonio Belloc,
Francisco Sepúlveda, Gerónimo Gibert, Ángel Lebrija, Gregorio Durazo y Martín
Erqueaga.
El día 16 los dos buques de guerra
zarparon rumbo al puerto de Mazatlán con las mismas intenciones, pero al
pretender dirigirse al estado de Durango las fuerzas de Urrea fueron
derrotadas. Un mes después se encontraba en Tamaulipas prosiguiendo su lucha a
favor de la federación.
En Sinaloa, desde el mes de enero de
1838, el pueblo y el gobierno de Culiacán se habían levantado en armas contra
el gobierno centralista, secundando la revolución iniciada por Urrea en Sonora.
El mismo mandatario estatal, José Francisco Orrantia, firmó el decreto donde se
reconocía de nueva cuenta la constitución de 1824. Desde luego, la lucha entre
centralistas y federalistas no se hizo esperar. Y a Urrea y José María Mata les
tocó perder en ese Estado.
En Tamaulipas no le fue mejor. Con
otras derrotas acabó la aventura del general José de Urrea. Hecho prisionero se
le confinó en la prisión de Perote, en Veracruz. Pero no duró mucho en
cautiverio, ya que fue puesto en libertad a fin de combatir en la llamada
Guerra de los Pasteles. Durante la guerra con los Estados Unidos estuvo al
mando de una división de caballería, A los pocos días de las batallas de Molino
del Rey y Churubusco, Urrea contrajo la enfermedad del cólera y murió en la
ciudad de México el 1º de agosto de 1849, a los 52 años de edad.
Por lo que toca a la Baja California , no disfrutaron
mucho del sistema federal, pues en el mes de octubre de ese mismo año de 1838,
Fernando de la Toba
lo desconoció en Loreto y la Paz ,
Obviamente, el Jefe Político Luis del Castillo Negrete estuvo de acuerdo.
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