Corría el año de 1934, cuando nuestro país se encontraba en
plena efervescencia política debido a las cercanas elecciones en las que la
ciudadanía daría su voto a favor del nuevo presidente de México, para el
período 1934-1940. En ese año de 1934, el primer mandatario sustituto era el
general Abelardo L. Rodríguez, quien se encargó del poder Ejecutivo por
renuncia del presidente Pascual Ortiz Rubio.
En esos años se fundó el Partido Nacional Revolucionario y fue
éste quien postuló como su candidato al general Lázaro Cárdenas, con el visto
bueno del expresidente Plutarco Elías Calles considerado en ese entonces como
“el poder tras el trono”. Los otros tres candidatos que fueron respaldados por
organizaciones como el Partido Comunista Mexicano fueron el general Antonio I.
Villarreal, el coronel Adalberto Tejeda y Hernán Laborde.
Después de protestar como candidato el 6 de diciembre de
1933, Cárdenas realizó su campaña recorriendo todo el país y así llegó a la
península de la Baja California.
Estuvo en la ciudad de Ensenada donde fue atendido por el general Agustín
Olachea Avilés, gobernador del territorio norte.
Según las crónicas, de ese lugar se trasladaría al puerto de
Manzanillo ya que su campaña la hacía por barco. Por eso, aprovechando que
pasarían cerca de La Paz
y sin estar programada la visita, el general Cárdenas decidió saludar a los
habitantes de la ciudad. Para ello se hizo acompañar del general Olachea dado
que había sido gobernador del territorio sur en los años de 1929 a 1931.
Cuando desembarcó en el muelle fiscal,--era el mes de julio
de 1934-- lo esperaban el general Juan Domínguez Cota gobernador de nuestra
entidad y los principales funcionarios de su administración, entre ellos Luis
I. Rodríguez, secretario general de Gobierno; el coronel Jesús de la Garza , oficial mayor: Efrén
Muñoz Salazar, responsable de la
Tesorería.
De su estancia en La
Paz sobresalió un acto organizado por el PNR local, en ese
año bajo la presidencia del señor Ramón J. Ganelón y de Alejandro D. Martínez
como secretario general del Comité Directivo. De ese evento político corre una
singular anécdota.
Resulta que Luis I. Rodríguez fue comisionado para que
dijera el discurso de bienvenida al candidato. Pero con la premura del tiempo
le pidió a su amigo Alejandro lo ayudara a redactar el importante documento.
Entre los dos dieron forma al escrito y a la hora prevista, haciendo gala de
sus dotes oratorias, Rodríguez logró mantener la atención del general Cárdenas
y de los asistentes al acto. El propio candidato lo felicitó y le pidió datos
sobre su persona.
A resulta de ello, unas semanas después Luis recibió un
telegrama del general en el que lo invitaba para que se sumara a su campaña en
calidad de secretario particular. Y cuando tomó posesión como presidente de la
república lo ratificó en ese puesto.
Existe una confusión respecto a la visita del general
Cárdenas a La Paz. Ello
se debe a unas fotografías antiguas fechadas en el mes de julio de 1933 en las
que aparece Cárdenas acompañado de Plutarco Elías Calles y de Agustín Olachea.
Pero en su informe de labores realizadas en los años de 1932 a 1937, el general Juan
Domínguez Cota incluyó una fotografía de la visita pero fechada en el mes de
julio de 1934 donde aparecen solamente Cárdenas, Olachea y Domínguez. Y a un
extremo, sobresaliendo por su estatura, el licenciado Luis I. Rodríguez.
En las fotografías de 1933 —Cárdenas aún no era candidato— se
observa un banquete ofrecido a los visitantes en la “Quinta de los hermanos
Ruffo”, al que asistieron personajes de la iniciativa privada como Arturo C. Nahl
y Roberto Ruffo. También estuvieron presentes Luis I. Rodriguez y el capitán
Isidro Domínguez Cota.
En la Historia General
de Baja California Sur, tomo II, cuando se refiere al gobierno del general
Domínguez Cota, no hace ninguna alusión de la visita de Cárdenas en 1933 o
1934. Así es que la duda queda: ¿visitó La Paz en dos ocasiones el general, primero
acompañando a Plutarco Elías Calles y después como candidato?
De todas
formas el que salió ganando con la presencia de Cárdenas en